Por Comisión de Historia y Estadística
12 Oct 2016
Historia

Si existe una palabra para definir la reacción que causa la historia de Nacional, es admiración.

Si existe una palabra para definir la reacción que causa la historia de Nacional, no solo entre los nuestros, sino fuera de fronteras, es admiración. Y esta admiración nace ya en los primeros años de la institución, cuando nuestro club comenzó a cimentar el prestigio y el respeto que ha sabido mantener a través de 117 años de vida.

La revista argentina “El Gráfico” ha sido desde su aparición, en 1919, un referente de la prensa deportiva sudamericana. En agosto de 1926, esta publicación realizó un pormenorizado y elogioso informe sobre los primeros 27 años de trayectoria -de gloriosa trayectoria- del club decano del fútbol uruguayo. En la nota, titulada: “Más de un cuarto de siglo ha vivido victoriosamente el Club Nacional de Football de Montevideo” se pueden leer varios pasajes que hacen a la historia del primer club criollo, desde su fundación hasta un detallado informe sobre la “jira” (así en el original)  de 1925.

En la citada nota, bajo el subtítulo “Los tiempos de gesta de Punta Carreta” se puede leer:

Si alguna vez el deporte predilecto de los públicos montevideanos, el mismo que tantas satisfacciones ha proporcionado a los aficionados del Uruguay, obtiene la consagración, que es frecuente para las glorias nacionales, de un monumento, éste ha de erigirse, necesariamente, en lo alto de una de las adecuadas perspectivas que ofrece Punta Carretas. El paraje está en verdad vinculado a los comienzos del football en Montevideo como la cuna al recién nacido; en el se oyó por primera vez el estampido seco de la pelota reciamente impulsada y el lomo redondo de la cuchilla brindó muchas canchas, que el tesón acometedor de los principiantes imaginaba llanas como billares. Los arcos eran de “tacuara” y el viento firme del mar solía voltearlos...

En tal escenario, un grupo de jóvenes ingleses comenzó a practicar, con visible empirismo, lo que para muchos no pasaba de un “un juego de locos”. No a todos los americanos les resultó tan desdeñable el intento. Muchos ensayaron sus fuerzas en el nuevo deporte con éxito alentador. Entre éstos se contaban algunos estudiantes que habían constituido una institución denominada “Montevideo Football Club”. Sesionaban en el local de la vieja Universidad y practicaban, ya en un corralón de la calle Cuareim, ya en los citados baldíos de Punta Carretas. En este lugar tenían por cuarto de vestir una pieza próxima a la estación del Tranvía del Este.  En otra habitación contigua sentó pronto sus reales el “Uruguay Athletic Club” , otra institución dedicada al cultivo del football.  Por gaje de vecindad, se estableció entre las flamantes asociaciones una encendida competencia, que sirvió para afilar eficazmente las aptitudes de los rivales. Muchos partidos se realizaron y, al fin, con el encomiable propósito de dar al football uruguayo un cuadro fuerte y probado, los tenaces contendientes acordaron reunirse bajo una insignia común. El 14 de mayo de 1899 se reunieron en casa del señor Ernesto Caprario los que después se llamaron socios fundadores de la institución. Estaban entre los presentes los señores Manini Ríos, Sebastián Puppo, Jaime Gianetto, Atilio Narancio, S. Laventure (hijo), Domingo Prat, Bernardino y Cayetano Daglio, T. Barbato, J.M. Reyes Lerena, Militón Romero, Jorge A. Ballesteros, Alejandro y Arturo del Campo, Orestes Sciutti, Miguel Mármora, Joaquín Baltar, J.P.Saralegui, Conrado y Horacio Nin Lavalleja, Carlos Vallarino, Carlos Romeu, Mario Ferrari. Corradi, Irastorza, C. Carve Urioste, F. Rosatti, D. Cabuto, R. Arteaga. El señor Caprario propuso el nombre, que fue aceptado así como los colores distintivos: el azul, el blanco y el rojo: El “Club Nacional de Football” estaba en marcha.

Poco después se incorporó a sus filas un grupo de estudiantes que, hasta entonces había formado el “Club Defensa”; lo integraban: Miguel Mebel, Amílcar, Carlos y Bolívar Céspedes, Ernesto Boutón Reyes, Domingo y Carlos Cuadra, Alejandro Cordero, Gonzalo Rincón, Aníbal y Arturo Robegno, Germán Arimalo y algunos otros, que adquirieron también la condición de socios fundadores.

El artículo de “El Gráfico” recuerda también que el 25 de abril, Nacional “recibió una nota de la Liga Argentina por la cual se invitaba a Nacional a ingresar a aquella asociación; fué agradecida y postergada la resolución para el año siguiente. La actuación del equipo de Nacional, reforzado con algunos elementos del Uruguay Athletic y del Albion, en el campeonato de 1901, fué excelente”

En los párrafos siguientes, el cronista argentino detalla los encuentros jugados por Nacional en la Copa Competencia, deteniéndose en los triunfos que obtiene ante equipos argentinos: “Jugó Nacional en Buenos Aires contra los teams de Barracas y de Belgrano. Venció al primero por 2 goals a 1 y empató con el segundo en el mínimo score. Poco después en Montevideo, derrotó tras un lucido encuentro al Club Argentino Barracas por 2 a 1”. Más adelante recuerda el primer logro del campeonato uruguayo en 1902 y su repetición en 1903, antes de relatar la gesta del 13 de setiembre de 1903. “En este mismo año se jugaron algunos internacionales de importancia. (...) Tocó después al cuadro completo de Nacional representar al Uruguay en el encuentro de combinados por el campeonato del Río de la Plata. El match se realizó en Buenos Aires, en el campo de la Sociedad Hípica Argentina. Los locales estaban así representados: J.W. Howard (Belgrano), C.C. Brown (Alumni), W. Buchanan (Alumni), E. Firpo (Barracas), J.M. Penco (Belgrano), E.A. Brown (Alumni), G.E. Weis (Barracas), J. Moore (Alumni), J. Brown (Alumni), C.E. Dickinson (Belgrano), E. Moore (Alumni).
La cátedra auguraba el triunfo de este poderoso equipo; pero los uruguayos vencieron a punta de entusiasmo por 3 a 2. Defendían los colores uruguayos: A. Céspedes; C. Carve Urioste y E. Bouton Reyes; M. Mebel (cap.) L. Carbone y G. Pigni; B. Céspedes, G. Rincón, C. Céspedes, E. Castro y A. Cordero.
Este éxito del 13 de setiembre de 1903 señala, sin duda, un honroso jalón en la vida de Nacional. . Presidía el club en esta época el señor Luis Laventure (hijo)”.

A continuación, nos encontramos con la confirmación de que la hinchada tricolor ha sido desde siempre la más numerosa, fiel y seguidora. La crónica de “El Gráfico” hace un aparte para referirse a los seguidores del team albo: “Nos hemos referido ya a los primeros y sonados encuentros internacionales, muchos de ellos realizados en Buenos Aires. No podemos postergar un comentario a “los gallos” nacidos al calor de esas cruzadas deportivas. El doctor Ernesto Caprario les ha dedicado, no hace mucho tiempo, un sabroso artículo.
Él, que los conoció de cerca, nos explica que “los gallos” eran “hinchas” irremediables que, con la módica suma de tres pesos, realizaban el milagro de seguir al team predilecto hasta la vecina orilla. Con un modesto pasaje de tercera clase, que adquiría el entonces imprescindible botero, y un ánimo desenvuelto, hasta comían con buen apetito en la mesa del barco. No siempre eran del todo felices estos viajes. Cierta vez, “los gallos” tuvieron que permanecer hasta las once de la noche en cubierta, bajo un fuerte temporal, y después, que apilarse como fardos en tres camarotes. Algunos de los que entonces corrían tales aventuras son los distinguidos personajes que ya han cruzado muchas veces el Océano en lujosos barcos y con pasaje de primera especial”.

No faltó tampoco en el relato una evocación a los hermanos Céspedes. En un párrafo titulado “Una temporada infausta”, se hace mención al partido que por el campeonato uruguayo de 1905 enfrentó a Nacional y el CURCC en el Parque Central “cuyas instalaciones habían resultado estrechas para la numerosísima concurrencia” (…) “ a los 30 minutos, Bolívar Céspedes, que jugaba sin saberlo el último match de su vida, marcó un goal para Nacional. La conmoción fue grande y los espectadores invadieron el field. El árbitro se vio en la necesidad de suspender la lucha. El partido siguiente fué contra Wanderers, Nacional se impuso por el mínimo score. Anotó el tanto Bouton Reyes. Bolívar Céspedes no intervino; estaba ya enfermo y falleció el día 9 de junio. El 29 del mismo mes Carlos caía también. No es preciso insistir acerca de lo que tales pérdidas representaban para el Club Nacional en particular y para el football uruguayo en general”.

Luego de destacar los triunfos internacionales que tuvieron lugar entre 1905 y 1910, años en los que Nacional no tuvo una participación muy favorable a nivel local -“sin embargo, en algunos partidos del torneo, y en otros amistosos, locales o internacionales, el comportamiento del albo era excelente”-, la revista se ocupa del cisma de 1911:

Un cisma y una reafirmación

Por cuestiones electorales el Club Nacional de Football vió separase de sus filas, en el año 1911, a una treintena de socios y a la mayoría de los jugadores. Fué el momento de la “democratización” , según las palabras del doctor José M. Delgado, el presidente de una década y el cantor entusiasta de las glorias del club. Era necesario congregar todas las fuerzas en torno a la bandera en peligro y así lo hizo. Los descontentos formaron el Bristol F.C.
Los nuevos paladines de Nacional probaron fuerzas contra Dublín primero y luego contra Cenral, venciendo en ambos encuentros. Poco tiempo después triunfaba también sobre los desidentes por 2 goals a 1. Defendían a Nacional: Demarchi; A. Porte y A. Foglino; A. Landoni, Sánchez y Varela; Mazzulo, Brienza, Ascuzi, R. Vallarino y P. Somma.

Entrando al año 1912, la crónica señala que “muchas dificultades se presentaron el año 1912 para la Liga Uruguaya. El Bristol y cuatro cuadros más acusaban a Nacional de profesionalismo”, para agregar a continuación que “la actitud ecuánime del señor Héctor R. Gómez, que presidía la Liga, y la defensa del delegado de Nacional, señor Felipe Díaz salvaron la situación.
Por este tiempo, Nacional inauguró sus salas de de gimnasia en el Parque Central y sus clases regulares dictadas por expertos profesores. La vigorización de los jugadores fué altamente eficaz.
Nacional venció en el Campeonato Uruguayo.

En el año 1912 Nacional se midió nuevamente con el Club Porteño Triunfo por un tanto.
Fué finalista por la Copa de Honor contra a Racing. Tras un empate en un goal, el cuadro argentino venció a los albos por 3 goals a 2.

El triunfo más importante de la temporada es, sin duda, el obtenido frente a Racing en Buenos Aires por la Copa de Competencia. Nacional era finalista después de eliminar a Wanderers y Reformers y de jugar cuatro partidos contra River Plate, de los cuales tres empataron. El club argentino es vencido por un tanto. El cuadro local se presentó así integrado: C.T. Wilson; Bello e Iriarte; Goodfellow, Marroni y Olivari; E. Fernández, Rossi, Poocock, Hulme y Meria. Los uruguayos eran: S. Demarchi; F. Castellino y F. Crocker; A. Landoni (cap.), A. Porte y A. Foglino; M. Lázaro, L. Gorla, P. Dacal, R. Vallarino y J.M. Seoane”.

El final del artículo es un compendio, realizado paso a paso y con una excelente capacidad de síntesis, que juzgamos indispensable copiar en su totalidad:

“En el año 1914 vuelve River Plate a clasificarse campeón uruguayo con un punto de ventaja sobre Nacional. Este cuadro se midió dos veces con el club Argentinos de Quilmes. Empató la primera en 1 goal y triunfó la segunda por 4 a 0.
Debemos recordar que fué en esta temporada que el arquero Demarchi, uno de los mejores defensores de Nacional, sufrió lesiones de tal consideración que lo alejaron del deporte.

Rotas las relaciones con la Asociación Argentina, tuvieron carácter local los torneos de Honor y Competencia; en ambos se impuso Nacional.
Se fundó por entonces la Liga Matutina de Nacional, verdadero vivero de futuros campeones.

En el año 1915, los albos empataron con Racing en Buenos Aires. Después, por la Copa de Competencia, venció a Defensor, a Wanderers, a River Plate y a Central sin un solo goal en contra.
Finalista argentino era el Porteño. Nacional lo venció por un goal de Dacal y otro de Scarone.
Por la Copa de Honor, los albos despejaron de rivales el campo y se midieron en Montevideo con Racing, venciéndolo por 2 goals 1.

Ese mismo año, Nacional conquistó su tercer trofeo: la Copa de Competencia, tras una animosa campaña.
El segundo eleven conquistó al Copa de Competencia. El tercer team triunfa, asimismo, en el Campeonato Uruguayo y en el de Competencia.
Para celebrar estas victorias se realizó una gran fiesta con setecientos invitados. Un representante del Centro Cronistas Argentinos entregó un pergamino firmado por un centenar de footballers de la vecina república.

En el año 1916 Nacional se impuso largamente en el Campeonato Uruguayo, por 12 puntos de ventaja. Por la Copa de Honor triunfó en la rueda local y luego sobre Rosario Central por 6 goals a 1. Peñarol lo eliminó de la Copa de Competencia.
Le tocó después a Nacional, como trece años antes, representar al Uruguay en el Campeonato del Río de la Plata. Se disputaba la Copa Aldao y los albos derrotaron a Racing por 2 goals a 1.

Nacional gana en propiedad la Copa Uruguaya

Inician los albos victoriosamente las justas internacionales venciendo a Boca Juniors por 5 goals a 2.Pierden luego la Copa de Competencia frente a Wanderers por Penalty-kick, y también la Copa Albion frente a Peñarol. En la serie local por la Copa de Honor triunfó ampliamente venciendo en el último partido a Peñarol por 4 goals a 2.
Por el Campeonato Uruguayo el equipo de Nacional llegó a la final contra los aurinegros con un solo punto en contra por empate. Otro score semejante dió la Copa en propiedad a los albos. Los finales por las copas de Competencia y Honor se jugaron con Racing al año siguiente. La segunda fué conquistada por Nacional en Montevideo; la primera, después de un empate, quedó en poder de Racing por no haber podido organizar los uruguayos su cuadro a causa de la epidemia de gripe.

La muerte de Abdón Porte. Un período que debe ser sintetizado

El comienzo de la temporada de 1918 se señaló por un hecho infausto; el suicidio de Abdón Porte en el escenario de sus hazañas: el Parque Central. El hábil jugador, que se multiplicaba en las horas difíciles y que con su típico juego de cabeza “ganaba los partidos y definía campeonatos”, no era “un internacional”, era, ante todo, “un nacionalófilo”.
A partir de esta época, creemos que no es necesario insistir en detalles que prolongarían excesivamente esta crónica.

Desde el año 1917, el Club Nacional de Football tiene instaladas, en un cómodo y elegante local de la Avenida 18 de Julio, sus oficinas y su sede social. Se trata de una casa en la cual la camaradería es una ley y la hospitalidad para el deportista extranjero una costumbre no defraudada. En el año 1919, una nueva mudanza deja al club ubicado en un magnífico edificio de la misma avenida.
En 1920, Nacional marcó el mayor número de goals de su vida deportiva: 133. Se anotó también el mayor score: 11 goals a 0 contra Charley.

La gira por Europa

Mucho espacio sería menester dedicar a la victoriosa excursión de Nacional por el viejo continente, para que la información estuviera a tono con la importancia del suceso.
Formaban la delegación presidida por el señor Numa Pesquera los señores J. Chiappara, J. Usera Bermúdez y A. Falco. El cuerpo de jugadores estaba así integrado: C. y H. Scarone, Romano, Petrone, Suffioti, Cea, Urdinarán, Nazzasi, Castro, Zubizarreta, Díaz, Borjas, Casanello, Mazzalli, Carreras, Vanzino, Foglino, Zibechi, Clavijo, Barlocco, Martínez, Buceta, Ghierra, Andrade, Arispe, Fiorentino y Miramontes.
En un término de 160 días, de marzo 8 a agosto 8 de 1925, Nacional jugó 38 partidos en 23 ciudades distintas pertenecientes a 9 países. Se calculan 4 días y medio de descanso entre los partidos, aunque alguna vez jugaron tres seguidos, como ocurrió en Barcelona los días 11, 12 y 13 de abril. De los 38 partidos, 25 resultaron favorables a Nacional, 7 fueron empatados y 5 perdidos. Se estiman en 700.000 las personas que presenciaron esos encuentros”.

Este informe publicado en un prestigioso medio argentino, órgano vocero de un fútbol que era nuestro rival más directo, no hace más que enaltecer los galardones de Nacional. El asombro que causó el proceder de nuestra institución tanto dentro como fuera del campo de juego, cautivaron desde siempre a los amantes del deporte rey, que reconocen en el Club Nacional de Football a uno de sus más destacados exponentes.

Comisión de Historia y Estadística




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