Por Ernesto Flores
28 Nov 2021
Historia
Presidentes

Quien sea elegido el 11 de diciembre será el trigésimo séptimo presidente. A todos les ha unido, seguramente, el orgullo de presidir el destino de la institución deportiva más importante del país.

Este 11 de diciembre, los socios del Club Nacional de Football habremos de elegir presidente. Será el cuadragésimo quinto mandato presidencial del Club y quien lo ocupe será el trigésimo séptimo presidente de la historia. Más allá de aciertos o yerros, mayores o menores logros, a todos les ha unido, seguramente, el orgullo de presidir el destino de la institución deportiva más importante del país.

Curiosamente, el primer presidente llegó al cargo por haber perdido un sorteo. Otras épocas, distintas formas de distribuir las obligaciones, cuando el capitán del club tenía la responsabilidad y el honor de armar el equipo y pactar los enfrentamientos entre otras competencias y el presidente era quien, obviamente “presidía” las reuniones de Directiva, pero su cargo no era tan ejecutivo como el del capitán, verdadero motor del club. Fue así como en el sorteo entre los capitanes de los dos clubes fundadores – Uruguay Athletic y Montevideo F.C. – le cupo al capitán de este último, Domingo Prat, el honor de ser el primer capitán de la naciente institución, y sobre Sebastián Puppo recayó la tarea de presidir a Nacional en su primer año de vida.

Domingo Prat habría de presidir al club posteriormente en tres ocasiones: 1903-1904, 1908 y 1910.

A Puppo lo sucedió Bernardino Daglio, argentino, el primero de tres presidentes extranjeros que habría de tener Nacional. Completan esta la lista los españoles José Añón (1955 – 1961) y Ceferino Rodríguez (1992 – 1997).

En 1902, Nacional logra su primer título de Campeón Uruguayo, bajo la presidencia y con la actuación en cancha de Carlos Carve Urioste. Con la llegada de Luis Laventure a la presidencia, en 1905, se interrumpe la secuencia de presidentes que habían sido socios fundadores y jugadores del club, hasta el regreso de Domingo Prat en 1908 y posteriormente, la proclamación de Melitón Romero en 1928. Con la llegada de Romero, recordado autor del primer gol de la historia de Nacional, se cierra el ciclo de “presidentes socios fundadores”, aunque no así el de presidentes ex futbolistas. Aníbal Z. Falco, quien llegó al club en 1905 como jugador, proveniente del Segundo Team de Nacional, también lo presidió en 1937. A él le corresponde la decisión final de la compra del Gran Parque Central.

En 1911, tras la primera lucha electoral fuerte en la vida institucional de Nacional, asume la presidencia José María Delgado, apodado “El Patriarca”. Fue el presidente más joven en la historia del club, aunque, justo es decirlo, la valía de Delgado siempre se vio apoyada por la incontable suma de virtudes de Manuel Rovira, “El General”, personaje irreproducible en la vida política del club y que algún día merecerá un extenso capítulo, así como Felipe Díaz, vocal en 1910 y que se transformó casi que en un presidente “ad hoc” tras el viaje de Prat a Europa a fines de su mandato, agravado con el alejamiento de varios dirigentes. En esos días, le tocó a Díaz asumir responsabilidades con la altura de un verdadero espíritu nacionalófilo.

Con la llegada de Delgado vino una reforma estatutaria que prolongó el mandato presidencial de uno a dos años, con una renovación anual de dirigentes. Delgado comandó una etapa de renovación institucional y de brillantes logros deportivos, bajo su mandato se conquistan los campeonatos de 1912, 1915, 1916, 1917, 1919 y 1920, la Triple Corona (1915) y la primera Copa Uruguaya en Propiedad.

Los impulsores de la gloria celeste, Numa Pesquera y Atilio Narancio, también fueron dirigentes y presidentes tricolores. El primero lo fue en 1923, 1924 y 1925 (para ese entonces ya se había regresado al mandato por un período de 12 meses) y Narancio en tres ocasiones; 1934, 1935 y 1939.

A Narancio lo sucedió Rodolfo Gorriti, quien se mantuvo en el cargo entre 1940 y 1945, siendo el presidente durante la obtención del Quinquenio de Oro y quien llevó adelante la gran reforma del Gran Parque Central en 1944.

Entre 1946 y 1949 estuvo al frente del club Roberto Espil –que habría de repetir en 1954- destacado dirigente y promotor, junto a otro tricolor, José Usera Bermúdez, de la Copa del Mundo de 1930. La sapiencia y visión de los hombres que han dirigido el destino de Nacional, es indiscutible.

A Espil lo sucede, en 1955, el español José Añón, quien se desempeñó al frente de la institución hasta 1961. Bajo su presidencia, Nacional obtiene un tricampeonato (1955-1956-1957) y se inaugura la sede de 8 de octubre, el 25 de abril de 1957.

En la segunda mitad del siglo XX se destacan dos figuras por sobre el resto de los presidentes: Miguel Restuccia y Dante Iocco, ambos responsables de trascendentes logros internacionales y reconocidos por haber dado un giro político en situaciones adversas.

Restuccia tomó la conducción del club en un momento duro, en el que Nacional había perdido terreno político en lo local e internacional. Sin ninguna experiencia o trayectoria previa en los planos dirigenciales de la institución, llegó como se ha dicho comúnmente “desde la Olímpica” para ponerse al frente de Nacional, dispuesto a dar batalla y hacer justicia.

Responsable de armar el que, para muchos, ha sido el mejor equipo de Nacional de todos los tiempos, obtiene la primera Copa Libertadores, Intercontinental e Interamericana, además de coronarse Campeón Uruguayo en cinco ocasiones. Impulsor y ejecutor de la compra de Los Céspedes, es el presidente que ocupó el cargo durante el mayor período consecutivo de años (12, entre 1968 y 1979) en la historia de la institución. En uno de los episodios más lamentables de la vida política del club, fue procesado injustamente por la dictadura militar en 1979 y luego sobreseído de todos los delitos.

Otra figura de similares características a la de Miguel Restuccia, fue Dante Iocco. Hombre vinculado al deporte desde muy joven, campeón Sudamericano de waterpolo en 1949, solo había tenido un pasaje como vocal en 1969 antes de asumir la presidencia en 1980. El momento deportivo y económico del club era complicado y “Don Dante” como le llamaban, tomó decisiones drásticas y rápidas, conformando un nuevo cuerpo técnico, dándole la responsabilidad de la dirección técnica a un joven entrenador, fuertemente vinculado al club: Juan Martín Mugica. La preparación física del plantel ya había recaído en el Prof. Esteban Gesto y la dupla técnica revolucionó el ambiente futbolístico uruguayo, impresionó al sudamericano y torció la mano del monarca europeo. Bajo la primera presidencia de Iocco, Nacional obtiene la Copa Libertadores de 1980, la Intercontinental del mismo año, disputada en 1981 y el Campeonato Uruguayo de 1980.

Iocco habría de retornar para encabezar otro ciclo glorioso en lo deportivo, a nivel local. En su segunda presidencia, entre 1998 y 2000, Nacional obtiene el Uruguayo de 1998 –cortando la que podría haber sido la sexta copa aurinegra- y el del año 2000.

Sin la relevancia ni la ascendencia que han logrado entre los hinchas estos dos popes tricolores, pero con un tremendo logro internacional, es de orden citar al Cr. Mario Garbarino (1986-1988). Casi al cierre de su mandato, Nacional conquista su tercera Copa Libertadores, tercera Intercontinental y segunda Interamericana.

A la segunda presidencia de Dante Iocco le sucede uno de los presidentes de mayor éxito del nuevo siglo, el Ec. Eduardo Ache, quien junto a Ricardo Alarcón son, sin duda, los presidentes de mayor destaque en este siglo.

Este próximo 11 de diciembre, los socios habremos de elegir al futuro presidente de la institución. Daniel Magic, José Fuentes o Raúl Giuria, uno de estos tres asociados será el responsable de conducir a Nacional por el próximo período buscando, como cualquier hincha desearía, la gloria deportiva más alta y la tranquilidad económica.

Votar es un acto de fe y confianza. Fe en la persona a la que le entregamos nuestro apoyo y confianza en que tendrá la capacidad de llevar adelante su propuesta, la que nos hizo definirnos por ese y no otro. Deseo fuertemente que quien asuma la presidencia, sepa estar a la altura de sus más notorios predecesores y pueda encontrar en ellos la inspiración para hacer a nuestro club, aún más gigante.

Ernesto Flores
Con algunos datos aportados por Gonzalo Pérez y Federico Viana




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