Por Manoel Castanho
29 Oct 2016
entrevista
Museo

Está en Young y pertenece a un héroe tricolor de bajo perfil y alto amor al Decano.

En la Ruta 3, cruzando el departamento de Río Negro, se encuentra la ciudad de Young. Con aproximadamente 18 mil habitantes, está ubicada en una región con una agricultura y ganadería importantes, teniendo a Claldy como una de sus principales empresas. Para el hincha tricolor, Young es conocida por ser la ciudad del actual arquero de Nacional, Esteban Conde. Y muchos no lo saben, pero es también la ciudad de Guillermo Centurión, arquero de formativas que fue noticia en todo el mundo por haber anotado un gol en el que corrió todo el campo de juego con la pelota.

También es en Young donde los hinchas tricolores pueden encontrar un tesoro de valor incalculable: el museo personal de Raúl Ruppel, hombre verdaderamente apasionado por todo lo que sea de Nacional. En internet y en los medios nacionalófilos, Ruppel es conocido por sus crónicas sobre jugadores de Nacional, que son agrupadas bajo el nombre de “Escribe el Corazón”, y él produjo algunas revistas con estos textos.

Construido sobre la casa de este bolso de ley, el museo guarda una enorme colección de periódicos, revistas, recortes y apuntes personales, camisetas, posters, fotografías, libros, todo lo que tenga que ver con Nacional. Hay también un espacio para materiales de otros clubes, de la selección uruguaya y del fútbol de Young, así como una extensa colección de la revista El Gráfico. Hay un armario reservado exclusivamente para diarios. Entre mates y una charla agradable en la compañía de Marcelo Vico, cuyo padre es un grandísimo conocedor de Nacional (una figura imperdible, y muchas veces nadie sabe que hay gente así en el interior), Raúl mostraba sus apuntes y cuadernos personales.

Si bien el museo no está inaugurado o abierto enteramente al público, varias veces recibe visitantes. “El otro día vinieron chicos de las formativas de Nacional”, cuenta Ruppel con evidente satisfacción. Y aunque todo se inició con los materiales que el propio Raúl recolectaba, el museo ha recibido aportes de muchas personas que le confió sus tesoros. Él muestra el libro de Atilio García y el que escribe estas líneas, tablet en mano, lo convierte en fotografía. Muestra también un negativo de una foto bastante antigua. “Es el 13 de septiembre de 1903”, agrega.

Entre los libros, observé que faltaba el magnífico trabajo de Valentín Trujillo y Elena Risso sobre la temporada de 1988 y decidí que este sería mi aporte al museo. Un par de otros libros fueron transformados en fotocopias – entre ellos “El Extra que se Robó la Película”, que cuenta la historia del Pulpa Etchamendy y que fue mi lectura durante el viaje de vuelta a Montevideo.

Ya en la capital, compré el libro del 1988 y lo dejé en la casa de los pibes de formativas, con un mensaje a Guillermo Centurión pidiendo que lo hiciera llegar a Raúl Ruppel en su querida Young. Pocos días después, aparece el agradecimiento en Facebook. La obra llegó a su destino y se tornó una nueva pieza de este impresionante museo que todo hincha apasionado por la historia de Nacional debería conocer un día.

Durante la visita, Raúl Ruppel concedió a decano.com la entrevista que usted puede leer a continuación.

Raúl, ¿desde qué edad empezaste a guardar materiales de Nacional y a coleccionarlos?

Hoy tengo 42 años y yo desde el año 1980 recuerdo un clásico, yo tenía seis años, mi padre vivía en la campaña, era camionero, recolectaba leche, y siempre llegaba sobre el mediodía y a la noche. Y este día recuerdo que apareció con los diarios y yo le estaba esperando abajo de un árbol, y ahí tengo el primer recuerdo, que siempre que puedo voy a este árbol y veo con mucho cariño, porque yo tenía seis años cuando recibí este diario con la tapa de Nacional, de Cascarilla Morales, y desde entonces mi pasión por Nacional fue increíblemente creciendo y sigue creciendo casi sin límite. Nacional para mí es familia también.

Recogiste tantos materiales y guardaste tantas cosas que al final te construiste un museo propio. ¿Cómo fue la idea de construirlo?

Yo siempre fui recolectando cosas, donde veía fotos de Nacional, revistas, diarios, cuando jugaba Nacional, yo iba comprando, iba pidiendo, iba a la calle a ver si había diarios tirados, sobre todo en Montevideo. A veces recuerdo que iba a Montevideo y miraba en las calles y había mucho papel de diario tirado, y cada papel en lo que había fotos de Nacional yo iba juntando e iba pegando en un cuaderno que tenía, con el famoso engrudo que se hacía con harina y agua. Y la colonia donde yo vivía, que era una colonia alemana, el gerente y su señora eran alemanes, y compraban todos los días el diario El País, entonces yo le pedía, y esta señora, que ya falleció, todos los días tenía el trabajo de cortar el diario en la parte deportiva y guardármelo en un cajón. Yo tenía que ir todos los viernes de tardecita a buscarlos, y aquello para mí era un tesoro con las fotos de Nacional. Y después mi padre, en la medida de sus posibilidades, compraba el diario Últimas Noticias y Mundo Color los lunes. Y ahí fue creciendo, creciendo, hasta llegar a esta idea, empecé a tener mucho material, después me casé, vinieron los hijos, pero nunca quise y no me desprendí de nada. Entonces tenía dentro del auto, dentro del baúl, arriba, abajo de la cama, dentro de un galpón, y cada vez tenía más materiales. Un día le digo a mi señora, saco un crédito, busco la forma, postergamos varias cosas que teníamos, postergué vacaciones, necesidades de la casa, pero esto lo tengo que hacer, y cada cosa que ves acá tiene mucha pasión, mucho esfuerzo, pero también mucha alegría de gente que también viene y comparte esta pasión. Hoy lo pude hacer realidad y todos los días trato de trabajar, de recortar, de pegar, y no solamente la parte de diarios, también de estadísticas de esto que a mí me apasiona que es Nacional.

¿Cuántas piezas te imaginás que tenés entre diarios, revistas, fotos, posters, videos?

No tengo un cálculo, pero sí son miles, hay mucho material. Podés ver ahí, esto está seleccionado, son solamente diarios deportivos, no es que sean diarios enteros, apenas las hojas deportivas y me pasan meses solamente con poder ordenar un año, las fechas, los momentos. No he sacado la cuenta, pero hay un material enorme y cosas que van apareciendo también, materiales que tengo guardados y los partidos de Nacional fecha a fecha. No tengo un cálculo del material que puede haber acá porque es mucho.

¿Qué materiales considerás como los myores tesoros de esta colección y del museo?

Por la época que viví yo muy intensamente, que es la del año 88, me genera mucha nostalgia, muchos recuerdos, lo viví con mucha pasión y gracias a Dios pude estar aquella noche del 26 de octubre de 1988 en el Estadio cuando Nacional sale campeón de América, no lo hubiera imaginado que aquella era la última vez que lo viví. Y también todo lo de la década de 80, y valoro mucho todos los partidos que llevo a mano, que recuerdo. Hay muchos jugadores con los que hice amistad, que tal vez no triunfaron o no están en los posters, pero que también colaboraron mucho con Nacional, y a veces encuentro jugadores, me pongo a charlar y digo “mirá, tengo tal foto de tu entrenamiento”, y hay jugadores que hicieron un gol solo en Nacional. Todo lo que es de Nacional para mí tiene un valor incalculable, porque vestir esta enseña, no tengo palabras para describirlo, y me imagino todos los jugadores que han pasado, jugadores, dirigentes, hinchas que sienten a Nacional como yo, y es muy difícil decir “este jugador” o “esta foto” o “este tiempo”. Nacional es una pasión diaria, y siempre uno piensa que las grandes epopeyas fueron enormes, pero uno siempre tiene la esperanza de que lo mejor está por venir. Por esto, a cada fecha, uno renueva la esperanza, se calienta con el cuadro, se calienta con los dirigentes, en el buen sentido, siempre con la esperanza de volver a ganar una Libertadores, de volver a una final del mundo, y debe ser la esperanza de todo nacionalófilo, tratar de volver a aquella época que nosotros lo vivimos. Es un deber para nosotros poder unirnos como pueblo tricolor y buscar la gloria nuevamente y llevar el club a una nueva conquista internacional.

Vos pasaste por formativas de Nacional…

Estuve el año 1990, me llevó el señor Julio Jaramillo, y yo me vine, y la segunda vez me llevaron, la segunda vez fuimos junto con Fabián O’Neill, compartimos lo que fue el cuarto en el Parque Central. Estaban jugadores como Wilson Núñez, Julio Cesar Dely Valdés, Sergio Maristán, Jorge Moncecchi, que lo encontré hace poco, Milton Gómez, José Pepe García. Lo mío fue un recuerdo enorme de vivir eso, un Parque muy cambiado, instalaciones muy cambiadas, había otras necesidades. Lo mío fue muy rápido, pero traigo los recuerdos de poder haber estado en un pasaje corto por el club.

¿Tenés contacto frecuente con ex jugadores de Nacional? Me contabas de un mensaje que te había mandado Alberto Bica…

Hemos tenido un contacto casi permanente con muchos jugadores, Albertito Bica, una persona que realmente quiero mucho, no solamente lo admiré como jugador sino como persona, es realmente un tipo extraordinario, siempre estamos intercambiando. Y él cada vez que pasa por Young viene, hemos compartido la mesa con mis hijos, él me cuenta la experiencia de su pasaje por Nacional, lo que aprendió, el esfuerzo que hacía, todo lo que vivió en River, con esta humildad que se ganó a la gente. También otros jugadores como Carlitos Soca, Rubén Silva, otro día estuve hablando con Gerardo Miranda. Ese respeto que les tengo, esa admiración de jugadores que dejaron, el mismo Pintos Saldanha, recopilando todo lo que fue el Chango, que hoy está en Estados Unidos. Tengo un agradecimiento enorme, no puedo olvidar que defendieron a Nacional, y a veces ellos mismos se sorprenden, piensan que jugaron al fútbol y que pasó, pero hay un remanente de hinchas que nos queda este recuerdo, esta admiración, sobre todo por las personas también. El caso de Gerardo Miranda, un excelente jugador de fútbol que metió el pase con el que el panameño nos devuelve la Copa Uruguaya en el año 1992. Jugadores que han pasado por el club, que han dejado poco, mucho, pero que uno como recopilador tiene que recordar.

¿Cuánta gente visita este archivo que tenés, este museo que hiciste en tu casa?

Todavía no lo tengo abierto al público, no lo tengo inaugurado, siempre estamos haciendo algo y las actividades del trabajo y del fútbol infantil me llevan mucho tiempo. Pero sí, permanentemente está llegando gente, uno los trata con la misma sencillez y humildad y muestra esto que vos ves, hay partes que todavía están desordenadas, que no están terminadas, que estamos buscando lugar. Ya ha quedado un poco chico el espacio, pero esta es la idea, que el hincha de Nacional sepa que en un rincón del país hay una locura también, y por diferentes circunstancias, por quilómetros, por la familia también y por el trabajo no lo puedo seguir a la cancha como quisiera, trato de colaborar como puedo y siempre le digo a mi señora, vamos a tener nuestros hijos, que hagan sus carreras y cuando sean grandes y tengan sus familias yo me jubilo y voy a salir y seguir a Nacional acá y en el exterior, me quiero dar ese gusto. A veces, cuando puedo, me doy una escapada, pero no con tanta frecuencia como quisiera.

¿Y te llegan permanentemente materiales para este museo?

Gracias a Dios. Permanentemente hay gente que me trae revistas, para mí todo tiene un valor incalculable, y ahí lo arreglo, lo acomodo, lo distribuyo, pero siempre hay una colaboración enorme. El otro día recibí un libro del año 1949, de Atilio García, para mí una pieza impresionante, y gente que no conozco en persona me pregunta si me interesa algo, digo que sí, me piden la dirección y yo no les conozco la cara. El otro día llegué al trabajo y en la portería me dijeron “una persona de Salto pasó por aquí y te dejó esto”. Esta pasión que tuve de niño la tuvo mucha gente y por diferentes circunstancias no han podido cristalizar, o no tienen lugar y

bueno, confían en este lugar. Y esto, si bien es personal, también es de todos, acá no me interesa ni la envidia, ni “esto es mío”, ni “está escondido”, es para que todos lo puedan tener y disfrutar.

¿Cuáles son las dificultades que tenés en la conservación de estos archivos?

El otro día tuve que sacar las camisetas y ponerlas al sol, está el tema de los diarios que estoy permanentemente buscando que no se filtre la humedad, estamos todo el tiempo buscando conservar. Puse un aire, para mantener la temperatura, y a veces cuando es verano tengo que tratar de mantener abierto, que corra aire. Un fin de año compré un cordero, porque íbamos a pasar con mi suegra en Paysandú. Aprontamos todo con mi señora y nos fuimos. Cuando estábamos llegando a Paysandú veo que se viene una tormenta enorme de frente, y le digo a mi señora: “el fin de año o el museo”. Tuve que pegar la vuelta en el auto, porque me acordé que había dejado una ventana abierta. Pude llegar y me terminé comiendo solo el cordero, pero pude salvar el material. Uno tiene que tener mucho cuidado con todo este tema del papel. A veces me pongo a buscar una foto para un artículo y termino sacando todo, y después lo guardo de nuevo, con mucho cariño, con mucha pasión, y no tengo ningún apuro, no tengo una fecha que deba inaugurarlo. A veces hay jugadores que veo y les comento que tengo un museo, a alguno le pido alguna camiseta, pero hoy en día el negocio de las camisetas está instalado y hay gente que pide y después ellas terminan en Mercado Libre. Por esto a veces el jugador se pone un poco arisco.

Tenés especial cariño por el fútbol de tu ciudad y veo en el museo materiales del fútbol de acá y de jugadores de Nacional que vinieron de Young.

Sí, acá en el barrio hay un cuadro que se llama Atlanta, que está cumpliendo 50 años y fue en el que jugué siempre acá. Está jugando también uno de mis hijos, el otro que se llama La Escuelita que viene a ser como una formativa de Atlanta, que fundé el año 1999, está cumpliendo un servicio social muy bueno, tenemos un merendero, trabajamos todos los días, todo gratuito para los niños, la pasión del fútbol está instalada en este lugar y tengo mucho respeto por el fútbol de Young. Sigo permanentemente la actuación de todos los chicos que salen, está Guillermo Centurión que es el que hizo el gol de arco a arco (NR: en clásico de formativas) que vive acá a una cuadra. Después muchos jugadores que han pasado por Nacional, casos de Abel Tolosa, que llegó en 1985, Marcelo Charbonier que jugó en tercera, Milton Gómez el año 1989. Hoy tenemos a Esteban Conde, Juan Martín Mello que llegó a integrar un banco de suplentes de Nacional, hoy está Lázaro Branca en cuarta, estuvo Guzmán Fernández… un montón de jugadores que han pasado por el Bolso y que han dejado su marca, y también otros botijas que están en otras instituciones, porque al fútbol de Young lo quiero mucho como quiero a Nacional.

Manoel Castanho

decano.com





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