Por Alejandro Luzardo
7 Set 2017
ache

Mi orgullo es haber colaborado en generar una generación que hoy va al estadio confiada y ganadora.

Cuando en la previa a las elecciones de 1997, Dante Iocco no se animaba a comunicarle que no sería el compañero de fórmula, Eduardo Ache le allanó el camino al decirle “conmigo no tiene ningún problema, puedo ser suplente del onceavo, poder estar vinculado al club me hace feliz.” Hoy está honrando aquellas palabras con el nuevo rol que está cumpliendo en la vida del Club Nacional de Football.

Esta entrevista -varias veces postergada en el tiempo- con una de las figuras más importantes en la vida de nuestro club en las últimas dos décadas llega justo en momentos donde es necesario unir y mirar hacia el futuro pero reconociendo el pasado.

En las pasadas elecciones fuiste candidato a la presidencia por cuarta vez, pero en estapcasión te tocó no ser electo. ¿Cómo te has sentido en este nuevo rol que estás desarrollando?

Mi padre fue casi 30 años dirigente del club, y no fue presidente, y se que uno de sus mayores orgullos fue ser dirigente de Nacional. Estoy haciendo lo que mamé en casa y lo disfruto. Además soy muy respetuoso de lo institucional y del pronunciamiento popular. Hay momentos para las cosas, y todo tiene un porqué. Buena parte de mi vida ha estado vinculada a Nacional. No es la primera elección que pierdo. De joven participé en la vida política de Nacional vía Nacional Universitario, estuve vinculado a la vida política y perdimos varias elecciones. La vida es caerse y levantarse, y seguir con actitud positiva.

En la elección de 1998 la fórmula era (Dante) Iocco-Ache, y me di cuenta que él me quería decir que tenía que poner a (Óscar) Magurno de vicepresidente. Le dije “Dante, conmigo no tiene ningún problema, póngame suplente del onceavo, poder estar vinculado al club me hace feliz”.

En este momento el rol que estoy cumpliendo lo valoro mucho más, creo que es tanto ó más importante que el anterior. Más de un 30 % de los socios confió en nosotros y la obligación es cumplir con el rol que nos asignó el acto eleccionario, dar gobernabilidad y controlar .

No hacerlo sería minimizar la importancia de ser dirigente, siempre hemos dicho que hay que priorizar lo institucional y no hay lugar para los egos y vanidades. Es como un equipo de fútbol, ¿es más importante Rodrigo Aguirre que Alfonso Espino? Y pongo al “Pacha” de ejemplo porque uno ve el amor, el cariño y el corazón que él le pone, y eso lo tenemos que hacer todos, no importa en qué lugar nos toque.

De todo lo que he hecho en el club -no sé si mucho o poco- creo que lo más importante que estoy dejando es este presente. Me encantaría que me recuerden como una persona que, en el acierto o en el error, ha dejado todo por el club, y que siempre ayudó, no importa el lugar que le tocó ocupar.

Mi orgullo es haber participado en la vida del club en estas dos décadas, que han sido de las mejores en nuestra historia; pero por sobre todo, haber colaborado en generar una generación que hoy va al estadio confiada y ganadora.

Una cosa que siempre has dicho desde que estás en la vida pública es que lo importante son las trayectorias y no el momento presente porque todos tenemos altibajos y creo que estás en lo cierto con aquella afirmación.

Es que la vida es eso. Dentro de unos años, ¿creés que alguien se va a acordar de Ache, de Alarcón, de Iocco, de Rodríguez, de Ceferino? Se acuerdan si Nacional ganó o no ganó, si creció o no creció, el resto es anécdota. Cuando uno accede a un cargo de esta importancia debe dejar el ego y el orgullo de lado. Para estar en Nacional, y defenderlo, hay que estar preparado a aguantar ataques personales, y aguantar injusticias. La vara que he utilizado siempre ha sido la misma: “Si me atacan a mí, no respondo, si atacan a Nacional, lo defiendo cueste lo que cueste. Antes de responder siempre me pregunto: ¿a Nacional le hago bien o le hago mal? ¿Cuánta gente aprovecharía peleas mías con Alarcón o con Rodríguez?” Porque Nacional no es la directiva de Ache ni de Iocco ni de Rodríguez, Nacional es uno sólo.

Veníamos de 25 años que, a nivel local, fueron de los peores en la historia de Nacional y lo dimos vuelta entre todos. El club creció institucionalmente, patrimonialmente y deportivamente. Hemos conseguido mucho en estos años, pero lo importante es el futuro. A mi juicio, los temas pendientes más importantes son sin duda en lo deportivo la parte internacional; y en lo patrimonial terminar el Parque, y sobre todo ir pensando el club social

Respecto a la situación económica del club, ¿creés que hay algo para aclarar concerniente a todo lo que se ha dicho?

Tu pregunta se basa en un reportaje hecho al presidente, del que resaltaron aquello que lo enfrenta con Alarcón y conmigo. Desde 1998 he integrado y estado vinculado a todas las directivas del club, nunca comparé gestiones, y no lo voy a hacer ahora. Siempre entendí que el club es uno sólo, y rara vez hablé públicamente de los números del club, salvo para sumar.

Los balances de Nacional son públicos, y no tienen dos lecturas. Como consecuencia de los dimes y diretes que tú mencionas, le solicité al Cr. del Club que nos elabore la información sobre la que me consultas. De datos oficiales que surgen del análisis de los balances completos del club, en los primeros seis años que presidí Nacional (2000 al 2006), el pasivo aumentó en 1.600.000 dólares, y en los últimos 3 años (2012 al 2015) el pasivo bajó en 1.400.000.

Esto surge del trabajo elaborado por la administración actual del club, usando los criterios impuestos por la actual Comisión Fiscal, de balances que están en las Memorias del club. Este estudio me fue dado por el Cr. del club, información que entregué hace 15 días en el seno de la directiva. Ahí surge claramente, que en los 9 años que Eduardo Ache presidió al club, el pasivo aumentó menos de 300.000 dólares, menos de 30 mil dólares al año.

Reitero que no me gusta hablar de mi gestión ni creo en este tipo de comparaciones, nunca las he hecho, pero frente a lo que se ha hablado, entiendo la necesidad de precisarlo, pues el límite entre cuidar el club y dejar crecer informaciones incorrectas es muy fino, y la transparencia nace de la buena información.

Con respecto al otro tema que mencionabas, el de las ventas, pasa algo similar. Todos sabemos que registrar una venta no significa cobrarla. Por ejemplo, cuando cambiamos a Gorga por el 50 % de Polenta el costo de la operación se registró en un millón de dólares, pero ese dinero nunca ingresó al club. También ha pasado que vende una administración, y cobra , parte de esa venta, la siguiente. Pasó con Coates, Suárez, Olivera, de Pena, entre muchos otros.

Estos son los ejemplos que muestran que la información manejada públicamente, puede llevar a conclusiones erróneas, y confirman que el club es uno sólo, razones por las cuales nosotros nunca hemos entrado en comparación de administraciones. Hay que ser cuidadosos con lo que se dice, pues estas comparaciones pueden ser usadas para enfrentarnos.

Como señalé en otra oportunidad, el pasivo de Nacional es manejable, pero para ello debemos estabilizar nuestro presupuesto y no incurrir en más endeudamiento. Ya lo he dicho en el seno de la directiva, no podemos seguir haciendo obras ni pagando presupuestos con deuda.

¿Cómo podemos hacer para evitar las confrontaciones o que las discusiones sean más “fraternales”?

Cada uno tiene su estilo y su forma de ser. Nacional es una comunidad que tiene dentro de su ADN la expresión popular, la participación; después va en cada uno cómo la canaliza y cómo la expresa.

Además, como ya mencioné anteriormente, Nacional no se puede manejar en un estado de asamblea. Entiendo que cada vez hay que acercar e incorporar más la gente al club. Hay que escuchar lo que dice el socio, pero no se debe estar todo el día pendiente de lo que van a decir. No vendimos a Diego Polenta y hoy estamos pagando por eso.

La realidad del club nos está mostrando que hay que tener cuidado con esos procesos, hay que incorporar obviamente la participación societaria pero sin perder de vista que se pasó de un club de 10.000 socios a 80.000.

¿Se está trabajando en un nuevo estatuto?

Sí, mi visión con respecto a ese tema es entre lo ideal y lo posible. Esperemos que salga un estatuto que mejore pero que sea posible, porque si lo que llevamos al debate es refundar el club no creo que salga.

¿Hay alguna forma de disminuir la presencia de los contratistas en el negocio de la venta de un jugador formado por el club?

Hay que tener claro que los jugadores no son mercancías, sino seres humanos. Cada jugador decide quién lo representa. Lo más importante es que el club vaya logrando a través del proceso de formación el reconocimiento y la gratitud de ese jugador y su familia hacia la institución que lo forma. Casos recientes como el de Gonzalo Bueno, Carlos de Pena, Gastón Pereiro, Felipe Carballo -entre tantos otros- que se portaron muy bien con Nacional, muestran que ese camino es posible.

Se ha visto que Nacional ha tratado de mantener a los jugadores, que se han subido los precios de venta, pero la modalidad que usan los contratistas es la de ir por la cláusula de rescisión porque el club está pidiendo montos más altos que esa cláusula. ¿Qué se hace con eso? ¿Se suben las cláusulas o se quitan?

Este es otro tema que está en la opinión pública con referencias inexactas e innecesarias sobre quien puso la cláusula de rescisión del contrato de Carballo, pues ésta nada tuvo que ver con la cifra final del pase.

Esta pregunta que acabas de hacer sería un buen tema para analizar dentro de la directiva. Fórmulas mágicas no hay, la vida me ha enseñado que todo lo que es rígido se rompe. ¿Por qué pone Barcelona una cláusula de rescisión? ¿Es de tontos que la ponen?

El tema suele tener dos aristas: por un lado, no querés perder a las figuras y por otro querés mantener a los jugadores jóvenes que aún son “promesas”.

Tanto la directiva anterior, como esta, firmaron contratos con Carballo; con la misma cláusula de recisión. Todos en el club sabemos de la necesidad de vender, y nadie está contento con los valores de la operación, pero que cada uno asuma su responsabilidad.

Hubo otros casos recientes, como los de Rodrigo Amaral y Mathías Olivera. La discusión que teníamos en su momento es que, si no firmábamos esos contratos, se nos iban los jugadores. Después con el diario del lunes todos somos Pelé. En su momento la estrella era Amaral. Después se llevaron a Olivera. Hoy Olivera se termina yendo, en negociación que no participamos, por exactamente el mismo dinero que se había hecho esa cláusula, y Amaral, gracias a Dios que le pusimos aquella cláusula, pues gracias a ella se pudo defender al club. No debemos ser tan categóricos, de decir “eso sí y esto no”.

En el tiempo que ha transcurrido de la actual directiva ¿has tenido alguna diferencia con la actual conducción?

Creo que las diferencias son naturales, bien canalizadas, nos enriquecen. Si todos fuésemos iguales el mundo sería aburridísimo, cada uno tiene un perfil distinto y un estilo propio, y eso lo respeto mucho. Decir que el club es uno sólo no significa que cada presidente no tenga su impronta personal, lo que no quita que la oposición deba cumplir su rol que es controlar a quien detenta el manejo del club.

Dar gobernabilidad no significa un cheque en blanco. Sin duda tenemos nuestras diferencias, el tema es cómo manejarlas. Nosotros las hemos canalizado donde corresponde, en el seno de la directiva y sin estridencias, y en las actas del club constan nuestras opiniones. Un ejemplo de esto es el reciente caso de la venta Felipe Carballo, donde hicimos nuestros planteos en Directiva.

Es importante señalar que estos cuestionamientos han estado dirigidos a mejorar los procedimientos y controles, y a aumentar la participación formal de las estructuras profesionales del club, en los procesos de venta.

Quiero ser enfático que no hemos hecho cuestionamientos éticos a quienes participaron, y no compartimos comentarios de esta índole que andan circulando. Es importante recordar que uno de los elementos fundamentales en el éxito de Nacional en estos años ha sido el respeto en el manejo de nuestras diferencias.

Lo que está faltando es volver a obtener algún título internacional. ¿Qué crees que es lo que nos falta para dar ese paso?

Creo que en esta última eliminación, Nacional pudo haber seguido, el resultado global de la serie no se condijo con el trámite del juego. Creo también que hoy hay mejor equipo que el año pasado. Una de las decisiones positivas que tomó el actual presidente es que se preservó lo mejor de lo que había. Una cosa es lo que se precisa para competir afuera y otra para competir y ganar a nivel local. La dinámica que se necesita para jugar de igual a igual en la Copa, te desprotege acá adentro. Ese estilo de fútbol es el que nos va a permitir competir con más posibilidades afuera, pero, ¿cómo hacemos para encontrar ese equilibrio? Bueno, ahí está la sabiduría. Es una apuesta que debemos hacer, pero que es decisión de cada entrenador.

Estás dentro de la comisión de Gobernanza de FIFA. ¿Qué implica tu tarea ahí? ¿Desde cuándo estás y cuál es tu perspectiva?

Fui nombrado en mayo de 2017. No le llamaría una carrera internacional de dirigente. En mi caso hubo un reconocimiento a una trayectoria. Empecé en 1998 y sigo vigente, por eso es muy importante la continuidad. De la misma manera que te cuestionan adentro, afuera te ven con otros ojos. Se generó una relación de confianza y debo agradecerle el reconocimiento al actual presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez y a nuestro presidente Wilmar Valdez quien cumplíó un rol importante en esta comisión durante la reestructura de FIFA.

No es un tema ni de Nacional ni de Uruguay. Esta comisión se creó en la transición con los temas que surgieron con el FIFA GATE, para indicar las reformas que debía hacer la FIFA . Luego de ordenada la situación, quedó en forma permanente y es la única que requiere la aprobación del plenario de los 208 países la ratificación de sus integrantes. Hoy, no solo interactúa con el ejecutivo de FIFA para seguir coordinando una agenda de cambios, sino que debe velar también por el buen cumplimiento del funcionamiento de FIFA y sus reglamentos.

Alejandro Luzardo
Fotos: Juan Pablo Flores




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