Por Rodrigo Goldaracena
22 Abr 2019
Libertadores

Nacional visita a un Atlético Mineiro que tiene la obligación de ganar.

El próximo rival del Decano por Copa Libertadores será Atlético Mineiro, un club popular de Brasil fundado en 1908. Además de tener una gran ventaja sobre Cruzeiro, su clásico rival, se destaca por ser el primer campeón del Brasileirão, en 1971 y tener cuatro títulos oficiales a nivel internacional: una Copa Libertadores, dos Copas Conmebol –torneo oficial precursor de la actual Copa Sudamericana- y una Recopa Sudamericana. En 2013 conquistó su primera y única Libertadores de América al vencer por penales a Olimpia de Paraguay, con Ronaldinho como máxima figura.

Este año, el conjunto brasileño comenzó a disputar partidos oficiales el 20 de enero, dos semanas antes que Nacional. Además, por el hecho de ingresar en la primera fase de la Copa, disputó dos series previas a la fase de grupos. Ambas fueron ante equipos uruguayos, con triunfos ante los eliminados Danubio y Defensor Sporting.

El papel del “Galo” en la Copa Libertadores no es el mejor. Una victoria y tres derrotas en cuatro partidos lo dejan al borde de la eliminación. Los dirigidos por Levir Culpi necesitan ganar si o si para tener la posibilidad de avanzar a octavos de final. En el último encuentro internacional cayó por 4 a 1 ante Cerro Porteño en Paraguay, resultado que sorprende sobre todo por la cantidad de goles recibidos. La baja de su capitán Réver, por lesión, fue y es un problema para el equipo aunque se espera que llegue al partido del próximo martes.

Por el torneo local, perdió ante Cruzeiro -su clásico rival- este sábado la final del Campeonato Mineiro. Pese a igualar 1 a 1 de local, la derrota en la ida por 2 a 1 lo dejó sin la obtención del título. Duro golpe.

Análisis táctico

Atlético Mineiro es un equipo que busca tener la posesión del balón, salir jugando por abajo y tener paciencia para avanzar. Juega con un esquema 4-2-3-1.

Los zagueros son fuertes y con muy buena estatura. Réver es el capitán, tiene 34 años y mide 1.92cm. Rabello es el otro central, tiene 23 años y mide 1.90cm. Cabe destacar que en los últimos encuentros, Réver no fue de la partida por lesión y su lugar lo ocupó Leonardo Silva, futbolista de 39 años y 1.92cm de estatura.

En el doble cinco se ubican Adilson y Elias. El primero es el más retrasado en la cancha, mientras que el segundo tiende a soltarse en ataque. Elias, con mejor habilidad para jugar con la pelota, deja el rol de raspador y de marca a Adilson, y es a él a quien hay que presionar en la salida.

Que Adilson se quede atrás en ofensiva junto a los centrales para una supuesta contra, hace que los laterales tengan más libertad para subir. Y es que los laterales, además de tener experiencia (29 y 33 años), se destacan por su función en ataque y por poseer muy buena técnica, sobretodo Fabio Santos en la izquierda. Guga, en la derecha, le ganó el puesto a Patric, un jugador muy criticado y silbado en el debut por copa ante Cerro Porteño.

Los extremos son rápidos y encaradores, más si hablamos del muy buen jugador Luan (extremo izquierdo). Estos se cierran permanentemente para darle espacio a los laterales por afuera. En el debut por copa fue Elias quien ocupó una de las bandas, pero sin dar tanto resultado. Por eso creemos que Yimmi Chará -ex Junior de Barranquilla- o Maicon, son favoritos para ocupar la posición de extremo derecho.

Ricardo Oliveira es un 9 goleador, un delantero fuerte, agresivo y con experiencia (38 años), difícil de marcar. Marcó el único tanto del equipo brasileño en la derrota por 4 a 1 en Paraguay. En el banco de suplentes se encuentra David Terans, ex Danubio.

Para que Mineiro no tenga profundidad es fundamental marcar a Cazares, su jugador más habilidoso. Es un enganche que tiende a moverse hacia las bandas para recibir la pelota, algo que le da mayor libertad de salir de sus posiciones a los extremos. En ocasiones, los estos últimos retroceden demasiado para gestar jugadas, lo que hace más evidente la falta de mediocampistas creativos además de Cazares.

En defensa, al momento de no tener la pelota, no ejercen presión alta o asfixiante, sino que esperan en mitad de cancha. El esquema en este aspecto pasa a ser un 4-4-2, donde Cazares se ubica junto a Oliveira y el doble cinco pasa a jugar en la misma altura.

Rodrigo Goldaracena

Foto: AFP.





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