Por Diego Ávalo
20 Ene 2021
Clausura2020/21

Sin ideas, sin intención de juego asociado, ni para marcar ni para ofender, jugando a tirarla larga arriba a que Bergessio la pelee. Así no.

Sin patear al arco. El Bolso dispuso un esquema táctico de 4-1-3-1, ingresando desde el vamos a Pablo García y Joaquín Trasante por Alfonso Trezza y Felipe Carballo. El equipo se paró algo retrasado en el campo, algo a lo que ya nos tiene habituado Jorge Giordano, y la pelota la tenía el equipo de Cerro Largo. Ahí vino el primer inconveniente. Nunca pudimos recuperar. Es que el equipo no sale en bloque a marcar. Son impulsos individuales de ir a marcar al que tiene la pelota y el resto ocupa lugares de manera estática y recién se activan cuando la pelota va a alguien cercano. Así es imposible. Si no se presiona de manera conjunta, con intensidad y sobre todo con anticipación a los posibles pases es muy difícil quitarle al balón al rival. Y eso nos pasa hace mucho tiempo, pero con Giordano es peor aún. El segundo inconveniente es que una vez que tenemos la pelota el plan es tirarla larga para que Gonzalo Bergessio se desgaste peleando con los zagueros para intentar hacerse del balón cerca del arco. Por la cantidad de veces que se hizo estimo es una estrategia del técnico, y la verdad que no puedo creer que a esta altura del siglo alguien piense se puede jugar así al fútbol y sobre todo con un cuadro grande. Porque una cosa es plantear un equipo defensivo tomando resguardos, para salir de contragolpe. Todas las maneras son válidas para ganar. Pero apostar a revolearla para arriba desde el fondo sin ton ni son realmente hace muchos años que no lo veo ni en cuadros chicos. Así no se puede aspirar a nada. Entiendo que la cancha haya sido un problema y un aspecto que pudo perjudicar el juego por abajo, pero el extremo de nunca intentar dar dos pases seguidos no es aceptable. Nacional en la primera mitad no logró patear al arco. Increíble.

Fundidos y sin cambios. El segundo tiempo fue parecido al primero. La pelota era del rival y los jugadores nuestros corrían detrás de ella. Así fue que Gabriel Neves, que jugó muy mal este partido, junto a Emiliano Martínez que fue de los mejores, terminaron fundidos y sin piernas. Y ahí vino otro inconveniente, Giordano apenas dispuso dos cambios guardándose tres cuando se veía que nos ganaban en todos los mano a mano, en todos los piques. Además se seguía insistiendo con el pelotazo largo para terminar de fundir a Bergessio que no tuvo una sola chance, salvo un cabezazo en el que llegó desacomodado y no pudo darle buen destino al balón. Cerro Largo fue muy superior y de no ser por la mala puntería que tuvieron se debieron llevar el triunfo.

Así no se puede jugar al fútbol. Yo entiendo que estamos con un plantel de juveniles recién ascendidos, que son pocos los jugadores de experiencia y demás. Pero así como se jugó esta noche no se puede aspirar a nada y menos en un club gigante como Nacional. Además estoy convencido que lo de este encuentro fue una estrategia del técnico para saltear el mediocampo debido al estado del campo de juego, pero no es excusa. Así no se juega más al fútbol en ninguna parte del mundo. Ni siquiera el fútbol amateur del interior, al que soy asiduo, y en que las canchas son potreros, se juega de esa manera. No es aceptable, es inadmisible. Realmente la preocupación es mucha, y el margen de mejora es poco. Primero porque uno mira al plantel y ve a muchos gurises recién ascendidos. Segundo porque el técnico parece no tomar nota y repite errores partido a partido. Tercero porque los jugadores con más experiencia están mal físicamente, o con lesiones, o en un muy bajo nivel. El panorama es negro, y no quiero ser dramático ni pesimista pero la realidad rompe los ojos. Ahora habrá diez días para trabajar y mejorar. Ojalá se puedan recuperar desde lo físico y desde lo futbolístico y ojalá el técnico encuentre el rumbo que perdió hace rato. Para ello debe cambiar mucho.

¡Arriba Nacional, siempre!


Diego Ávalo
 




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