Por Recibimos y publicamos
29 Ene 2014
Cecilia

Haciendo limpieza y ordenando cosas apareció el libro de la Historia de Nacional desde el 1899 hasta el 1924.

En ese libro que cuenta año a año los avatares de los campeonatos de la época y la historia del Club aparecen de tanto en tanto poemas a Nacional  del  gran José María Delgado.

Una de esas estrofas  dice: “De tal modo que en la lidia, Los rivales de tu honor, puedan verte si envidia, pero nunca sin temor”…

Este poema me vino a la memoria ayer cuando mirando el partido por la televisión veía como el conjunto boliviano mantenía la pelota en todas las partes de la cancha haciéndola rodar y se me vinieron también las últimas contiendas continentales donde cuadros sin la alcurnia y la historia de Nacional nos dejaron afuera.

Si bien es condición necesaria no subestimar a nadie y ya no se gana con el escudo en la camiseta, es importante también concedernos la gracia de pensar que por lo menos de local deberíamos ejercer una supremacía importante.

¿Que nos lleva a pensar esto? El que ayer aun jugando a nada en la mayoría de los momentos y por chispazos intermitentes en otros les complicamos un poquito la vida y hasta terminaron medio que, en vez de querer aumentar el score (...he leído mucha historia de fútbol estos días) haciendo un poco de tiempo.

Pero también es condición necesaria expresar que no se puede ser más realista que el rey y entonces recordamos que lo que vimos ayer por la televisión lo vimos muchas veces de muchos partidos el año pasado.

Los partidos de verano nos devolvieron la alegría de encontrar un poco la alegría del futbol, a pesar de que no tuvimos rivales demasiado exigentes. Ayer la alegría la perdimos de nuevo.

En las primeras páginas del libro habla de cómo los aficionados todavía sin saber demasiado  sobre las leyes del futbol festejaban acaloradamente los pases certeros y los “goals” mientras discutían muchas veces ya que al carecer de redes se producían las escenas más pintorescas de las que tomaban parte jugadores y público  tratando de dilucidar si la pelota se había introducido dentro de los tres palos o no.  Hoy sabemos mucho de reglas. Demasiado.

Si ustedes me preguntan hoy les digo que vista la realidad, visto lo de ayer y visto lo que hemos visto desde hace unos meses quizás no hay demasiado margen para el optimismo.  Más allá de que esto es partido a partido, si se pasa a la serie tampoco hay tiempo para equivocarse, el grupo es dificilísimo.

El futbol ha cambiado, modificado, modernizado, mercantilizado, etc. etc.  a lo largo de todos estos años desde aquel lejanísimo 63 (el 1863…) cuando en la vieja hostería londinense Taberna de Francmasón se aprobó el primer código de las Leyes de Juego. Pero si algo no ha cambiado desde entonces es la clave: el futbol es un juego colectivo y el buen pase es la esencia y su omisión conducirá siempre a consecuencias fatales… (esto no lo inventé yo,  está en un  libro de 1911 que habla de sus leyes y del modo de jugarlo). Para que las consecuencias fatales no lleguen a ser tales se necesita precisión. La misma de la que carecimos ayer… (por gracia divina nuestro arquero la tuvo…) En canchas pesadas me dirán que no es fácil. Eso lo sé. Pero no se pueden errar tantas cosas a la vez, tanto en defensa como en medio como en ataque porque entonces inutilizamos la esencia.

Si ustedes me preguntan hoy les digo que vista la historia, y mientras hojeo las páginas del libro, ya amarillentas y finitas, en la portada aparece la imagen de una figura con la corona del triunfo en la mano mientras sobre ella emerge la frase: “Salve Nacional ¡que a través de los años mantienes erguida, gallarda y triunfal tu bandera gloriosa en la cumbre más alta del football uruguayo…tu presente de grandeza es digno de la grandeza de tu pasado, Salve!”

Hay que volver a buscar la esencia que inspiró esas palabras sin perder de vista la realidad.

Cecilia810


Cecilia 810

Cecilia es la lectura más esperada después de cada partido. Un bálsamo en los momentos difíciles y un tónico para acompañar la euforia




SEGUINOS

Crear una cuenta



Ingrese a su cuenta