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3 Feb 2014
crónica

Volvimos con el corazón inflado de ser unos privilegiados por haber podido estar allí, las gargantas afónicas y las esperanzas intactas.

Señores largo todo, me voy a ver al Bolso… a Bolivia

Los hinchas de Nacional somos increíbles. En mi primer viaje con Nacional al exterior me encuentro con Bolsos que habían renunciado a su trabajo, se habían “escapado”, habían pedido $ sin saber si la podían devolver, usaban su única licencia, se habían peleado con la novia y veteranos hacían su segunda luna de miel todo para ver al Decano en su partido contra Oriente Petrolero por la fase previa de la Libertadores (por primera vez en esta instancia) en tierras bolivianas.

48h nos separarían para pisar Santa Cruz de la Sierra. Allí supimos que la mayoría había viajado a todas partes con Nacional, a Brasil, Paraguay, Argentina. Hinchas de 18 a 70 años, todos unidos por un mismo amor.

Cánticos, intercambio de anécdotas, recuerdos de partidos, mate, bebidas espirituosas y tuppers con alimentos caseros acompañaron la ida a Bolivia. Camisetas, musculosas, shorts, medias, camperas, gorros, ropa interior… todo del Bolso, nadie llevó otro atuendo.

La frontera boliviana amaneció con los cantos de la Hinchada Tricolor que presionaba para pasar de una buena vez luego de 5 horas de espera. Los hinchas del Blooming que por allí pasaban aprovechaban a “darle” a su tradicional rival saludándonos.

Pobreza extrema y un estado deplorable de los caminos, fueron la primera impresión. Puestos amontonados al costado de la calle vendiendo artículos chinos, gente comiendo su ensopado amontonada bajo techos improvisados con nylon, muchos perros, mucha basura. Todos nos saludaban alzando sus manos mientras el ómnibus ingresaba con cautela entre los pozos, las gallinas y los chanchos al son de “y dale, dale Bo, ponga más huevo, porque éste año la libertadores tenés que ganar…”

Los distintos hostales (que inmediatamente fueron embanderados) albergaron a los Bolsos que prácticamente no dormimos en ninguna de las dos noches previas al partido. Caminando por una de las avenidas frena un auto, su conductor con gran preocupación nos pregunta si juega Recoba. Los tacheros hablaban de que Nacional había venido con suplentes porque “los titulares están todos presos por el lío en el clásico no?”.

Santa Cruz de la Sierra es una ciudad en la que viven personas de todas partes del mundo y también su turismo es vario pinto. Daba placer comprobar como sabían de nuestro querido club más que nada a través de la figura de Luis Suarez de nuestra cantera inagotable, los brasileros elogiando al Nico Lodeiro, Lugano y al Loco Abreu, ni que hablar de los veteranos que aman como nosotros al Pantera Rodríguez y al gran Hugo de León.

Una italiana de unos cincuenta y tantos que no sabía del partido al enterarse que jugaba el Chino de” su” Inter nos mangueó entradas.

Gracias a José López Rubio pudimos ingresar al hotel Buganvillas donde se alojaban los jugadores, allí luego de que desayunaran charlamos con Scotti, de Pena, y el d.t. Pelusso, el equipo aún no estaba confirmado. Foto va foto viene, fuimos tratados de maravilla, nuestro capitán quedó sorprendido al saber la cantidad de horas que habíamos hecho para alentar a nuestro querido Nacional. Gracioso fue encontrar a Alejandro Lembo en el supermercado de la esquina y ser saludados como vecinos de toda la vida.

Al día siguiente pudimos ingresar a la práctica en el estadio Tahuichi Aguilera. Algunos sentados en el banco de suplentes, otros al borde de la cancha y unos cuantos alentando desde la tribuna intentábamos descifrar como pararía el equipo Gerardo Pelusso.

A la salida esperaban los medios bolivianos transmitiendo en vivo que se vieron avasallados por la Hinchada Tricolor que cantaba y saltaba sin parar. Tan fascinados quedaron que nos pidieron visitarnos en nuestros respectivos hostales para “explicar” este amor por el Bolso.
Se venía la hora del partido, luego de paseos varios por los distintos y hermosos parque acuáticos (que fueron engalanados por los trapos Tricolores), “las 7 calles” una especie de barrio de los Judíos boliviano, el Parque Urbano, entre otros, las filas para bañarse eran largas y crecía la ansiedad.

Los ómnibus fueron acompañados por la policía boliviana hasta 2 cuadras antes del estadio Tahuichi Aguilera. La caminata hasta la entrada fue algo inolvidable, decenas de Bolsos cantando, aplaudiendo, seguidos por la mirada atenta de hinchas del Oriente que se paraban sorprendidos al costado de la calle. La tribuna asignada para los Tricolores fue lo que sería la Atilio García contra la Scarone. Allí se colgaron los clásicos trapos que viajan a todos lados. “Por la sangre de Abdón”, “ Los Bolsos de la Costa”, “Nunca seré un sin cancha” y decenas más. El rojo el azul y el blanco vestían el estadio que estaba sorprendido del poder de nuestras gargantas.

Sale el glorioso Club Nacional de Football a la cancha!! Las voces y los aplausos traspasaban el resto de la hinchada local, llegaban mensajes de familiares contando que las cadenas internacionales se hacían eco de la presencia de la mejor hinchada del mundo.

El aliento se hizo aún más fuerte (como es nuestra costumbre) cuando el resultado fue adverso. El especial saludo del gran arquero Gustavo Munúa al finalizar el partido tocándose el escudo estampado en el corazón y señalándonos nos dio a los Bolsos que viajamos un gran regocijo y la certeza de que esto se revierte el martes.

“..porque los jugadores me van a demostrar, que salen a ganar, que quieren salir campeón, que lo llevan adentro, como lo llevo yo..” cantábamos regresando al ómnibus que ya salía derecho pal´ Uruguay. Nos esperaban más 40 horas de ruta. Volvimos con el corazón inflado de ser unos privilegiados por haber podido estar allí, las gargantas afónicas y las esperanzas intactas.

La gran preocupación reinante era llegar a tiempo a sacar las entradas para la revancha el martes antes de que se agotaran. Y la promesa de reencontrarse el sábado ante Racing en el primer partido del Decano por el campeonato uruguayo.

A la gente la hace grande Nacional!!!

Fabiana Villani


Taludistas

A decano.com, lo hacemos todos. Como parte de esta premisa -y ya desde hace varios años- decidimos darle categoría de nota a los mensajes que llegan a nuestro entrañable El Talud de decano.com y que nos parece que tienen el mérito suficiente para ser parte del sitio, más allá de El Talud. En este espacio replicaremos esos mensajes, una vez que abandonen el home de nuestra página.




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