Por decano.com
26 Nov 2015
Elecciones

En el marco de las entrevistas preelectorales, es el turno de la Lista 5, que apoya la continuación de la actual conducción. Hablamos con el candidato a la vice presidencia: Cr. Morgan Martínez

¿Qué te llevó a apoyar la actual gestión?

Hasta el año 1955, Nacional fue el dueño del fútbol uruguayo. Después de eso, algunas razones hicieron que se operara un cambio que llegó hasta finales de siglo, más precisamente hasta 1997. A pesar de que en ese período salimos tres veces campeones de América y el Mundo, Peñarol dominó en gran parte desde el punto de vista deportivo y, sin dudas, desde el institucional. Nos quitaron el protagonismo en la AUF y en la Confederación Sudamericana de Fútbol, eso se tradujo después en los resultados deportivos. Ese era el panorama cuando llega Miguel Restuccia a la presidencia de Nacional y comienza a nivelar las cosas, en principio negándose a jugar los clásicos si no eran arbitrados por jueces extranjeros. Después de dieciocho años sin que nos cobraran un penal a favor, se revirtió de inmediato con un arbitraje realmente imparcial.

Es durante la presidencia de Restuccia que Nacional adquiere Los Céspedes e inicia un camino diferente, que habría de frenarse en las décadas de los ochenta y noventa, en que volvemos a caer en un vacío importante. Así llegamos al ´98, cuando con la dirigencia de Dante Iocco se comienza a transitar nuevamente por la ruta del éxito. En esa Directiva estaba Eduardo Ache, y es ahí cuando yo comencé a trabajar en la Comisión de Patrimonio junto a Mario Garbarino (padre). En ese momento, ese grupo de trabajo dio vuelta la gráfica. Logramos el punto de inflexión que generó el cambio en la dirección, y con ella hubo modificaciones en el plano institucional y en el de relacionamiento. Ese fue el inicio de un camino que, entre otros logros, cuenta con la clasificación ininterrumpida de Nacional a la Copa Libertadores, la reforma en Los Céspedes, que nos permitió tener otro contexto para el entrenamiento y el gran salto institucional que se da en el año 2004 con la recuperación de nuestra casa, el Gran Parque Central. En acción concomitante con esto, comienza el crecimiento de la masa societaria: pasamos de los siete u ocho mil socios con que contábamos hace veinte años a la cifra de hoy, en un proceso que ocupa a los dos presidentes que han estado en los últimos quince años. La impresionante cifra de asociados que se comienza a alcanzar bajo la presidencia de Ricardo Alarcón se traducen en dólares, que nos hacen pasar de un ingreso aproximado de U$ 500.000 por concepto de cuota social a la recaudación actual de U$ 4.000.000. Esto nos acerca muchísimo a la independencia económica. Si a eso le sumamos los ingresos por la participación en torneos internacionales, las mejoras en el contrato de la televisión, la preventa de butacas, la mejora sensible en estos últimos años de nuestra representación en la AUF y los organismos internacionales, tenemos hoy un club excelentemente posicionado. A eso le agregamos que contamos con U$ 10.000.000 en la cuenta bancaria para ampliar nuestro estadio, que pasó de ser una ruina en el 2003 a lo que es hoy: un escenario coqueto, prolijo, con capacidad para veinticinco mil personas cómodamente instaladas y un proyecto ya comenzado que nos llevará a cuarenta mil localidades, en condiciones FIFA, y que le dará la versatilidad de tener veinte negocios funcionando dentro del Parque, que le dejarán al club un estimado de U$ 1.500.000 al año. Esta recaudación, unida a un presupuesto ordenado como el que tenemos ahora, arroja una diferencia de apenas U$ 1.000.000 de diferencia entre egresos e ingresos, lo que nos posiciona a un paso de prescindir de la urgencia de vender jugadores para equilibrar el presupuesto. Cuando terminemos el estadio y tengamos todos los negocios anexos funcionando, conservando y ampliando la generación de nuevos asociados, Nacional va a ser una institución independiente y diferente al resto de los clubes uruguayos.

Desde hace varios años venimos corriendo detrás de esta independencia económica y cada vez que nos estamos acercando el presupuesto crece y la meta se aleja.

No es mi intención sacar patente de corso ni de guapo, pero como administrador, creo que puedo ayudar a que las gerencias compatibilicen ingresos con egresos. En el período en que ocupé la vicepresidencia del club, 2001-2002, nuestro presupuesto total de salida rondaba los U$ 4.000.000. Hoy esa cifra trepó a los U$ 12.000.000. Esto es muchísimo dinero, por lo que creo que debemos ser más razonables en los gastos.

¿Eso no habla de un desgaste o un desacierto de la gestión?

Evidencia que, en determinado momento, se tomaron ciertas decisiones que no fueron las mejores, que elevaron los egresos. Este no es un problema exclusivo de Nacional, sino de todo el fútbol. Sucede que el otro equipo ha hecho un gran esfuerzo para tratar de contratar figuras y esa acción llevó a un incremento en el caché de todos los jugadores del medio. Históricamente Uruguay estuvo en las últimas posiciones en Sudamérica en lo que se refiere a salarios de futbolistas. Hoy figuramos en la mitad superior de la tabla. Esto influye a la hora de cerrar las cuentas.

Estos gastos en remuneraciones no tienen una devolución acorde con copas internacionales o figuraciones destacadas en las mismas. Al menos en Nacional.

No hay. Eso sí es una carencia.

Yo sé que los dirigentes no juegan, pero...

Pero influyen, mucho. Los problemas que existen a nivel institucional se terminan reflejando en la cancha.

¿Qué puede aportarle Morgan Martínez a una Directiva para acomodar el presupuesto y situar mejor al club en lo deportivo?

Primero que nada, racionalización de los gastos. Mi profesión de administrador me ha llevado a pasarme la vida tratando de acomodar los ingresos con los egresos, esa va a ser mi principal colaboración. En el tema del Gran Parque Central, tengo el firme compromiso de culminar con el sueño de todos los nacionalófilos, que es tener el estadio en las condiciones que la FIFA exige para los campeonatos internacionales. Estamos a punto de abrir el Polideportivo, un anhelo del básquetbol y el fútbol sala desde sus inicios. La dedicación y el pienso que se le ha puesto a este gimnasio es de un valor inestimable. Si nos pusiéramos a hacer esta obra desde cero, tendría un valor de U$ 1.500.00, nosotros lo hemos hecho con la tercera parte, “a lo Nacional”. Teniendo en cuenta además las obras que se han hecho en Los Céspedes, con la instalación de la cancha de césped sintético a la cabeza, más las gestiones realizadas para conseguir el dinero con el que contamos hoy para las mejoras en el Parque, nos deja en inmejorables condiciones, desde el punto de vista de la infraestructura, para despegarnos del resto de los clubes uruguayos. Para eso creo que es necesario armar una Directiva que tenga experiencia y proceda a terminar todas esas cosas y, de alguna manera, conseguir lo que todos queremos, que es obtener nuevamente copas internacionales.

Decís que uno de tus signos es la austeridad. ¿Dónde habría que aplicarla?

En todos lados.

¿Y eso no iría en desmedro de más obras o de posibilitar la obtención de una copa internacional?

Las obras se tienen que llevar adelante con fondos extra presupuestales: palcos, nuevos contratos de butacas, explotación de comercios, étc. Los deportes menores tienen que auto financiarse. Es impensable que los diecisiete o dieciocho deportes con los que cuentan Nacional vengan a golpear la puerta para que el fútbol -que todos dicen que es deficitario, yo no estoy de acuerdo- los financie. El club tiene que financiar el fútbol. Eso no impide que cuente con otros deportes, pero deberán buscar estas disciplinas la manera de conseguir ingresos. Es posible.

¿Por qué decís que el fútbol no es deficitario?

Para el Club Nacional de Football es absolutamente viable.

De alguna manera esta afirmación habla de errores en -por lo menos- las dos últimas administraciones.

Los errores han sido permanentes. El fútbol se ha venido comportando desde siempre como en el gobierno nacional, cubriendo los déficit con la rendición de cuentas. Se hace la rendición y emitimos más. En el fútbol es lo mismo. Nunca hemos tenido la disciplina suficiente como para ponernos en un camino y continuar transitándolo, siempre queremos comprar uno mejor y pensamos en mejorar los sueldos y esto, a la larga, se paga.

De todos modos, veo muy factible que Nacional, que está a punto de ser independiente de las transferencias, no tenga a futuro la necesidad de invertir lo producido por venta de jugadores en aumento de salarios, sino en la baja de pasivos. Esto nos va a permitir poder retener a nuestros valores jóvenes por más tiempo, para así obtener mejores figuraciones a nivel internacional y alcanzar cosas que hoy se ven muy lejanas.

Ernesto Flores

decano.com


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